El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, dos servidores públicos comprometidos con la transformación de la Ciudad de México, cimbró el ánimo de la comunidad política capitalina. Mientras se dirigían a sus labores cotidianas, fueron víctimas de un acto de violencia que ha despertado indignación y duelo en el seno del Congreso. A través de un comunicado oficial, las diputadas y diputados del Grupo Parlamentario de Morena en la Ciudad de México expresaron su más profundo pésame a las familias, amigos y colegas de las víctimas.
Con un tono firme y de respaldo institucional, el grupo parlamentario no sólo condenó el crimen, sino que manifestó su apoyo total a la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina. En palabras contenidas en el comunicado, los legisladores reiteraron su “solidaridad y apoyo incondicional” ante el trágico suceso, al tiempo que refrendaron su compromiso con una justicia pronta, imparcial y transparente.
Las imágenes de los nombres que suscriben el pronunciamiento—desde Dolores Padierna hasta Sergio Mayer y Olga Sánchez Cordero—remiten a un bloque unido, decidido a no permitir que la violencia eclipse los avances sociales impulsados en los últimos años. El dolor por la pérdida no paraliza: se convierte en combustible para exigir resultados, esclarecer los hechos y castigar a los responsables.
«Es momento de redoblar nuestros empeños por lograr una sociedad justa y cada vez más segura», señala el comunicado, apelando a uno de los pilares discursivos del movimiento de transformación: la eliminación de la impunidad. En ese sentido, Morena dejó claro que su lucha no es sólo por el poder, sino por una paz con justicia, sin olvidar a quienes entregaron su vida en el cumplimiento del deber.
El respaldo a Clara Brugada en este contexto trasciende lo político. Representa un espaldarazo institucional a una mandataria que apenas comienza su gestión al frente de la capital del país, y que enfrenta una de las primeras pruebas complejas de su administración: garantizar seguridad sin caer en prácticas de represión o negligencia.
Los nombres de Ximena y José ya no son sólo los de dos víctimas: se convierten en estandartes de una exigencia compartida por todos los sectores que apuestan por una transformación profunda y duradera. Su memoria será honrada, afirmaron los legisladores, no sólo con palabras, sino con acciones concretas.
La magnitud de la tragedia ha sido tal que ha obligado a distintas voces dentro del Congreso a manifestarse, más allá de líneas partidistas. Pero Morena, como partido en el poder, tiene una responsabilidad mayor: demostrar que los principios de la Cuarta Transformación no se diluyen ante la adversidad, y que la justicia no es una consigna, sino una obligación.
El reto para las autoridades capitalinas será esclarecer los hechos sin titubeos, reforzar los mecanismos de protección a los servidores públicos y prevenir que una tragedia de esta naturaleza vuelva a repetirse. Porque en la Ciudad que aspira a ser faro de justicia social, no puede haber espacio para la impunidad.